El maldito virus que nos está tocando vivir, ha traído consigo un tsunami de cambios y sin lugar a dudas va a haber un antes y un después del 2020. En sí, comienzo a cuestionarme si realmente debería llamarse “covid-19” o “covid-20”.
Son muchas cosas las que han cambiado, el señor coronavirus no respeta clases sociales, género, nacionalidad, religión y ha venido a sacudir e incluso dar un respiro a nuestro planeta.
En esta avalancha de cambios, el aprendizaje a distancia es uno de ellos. Quizás para muchos es nuevo, sin embargo lleva años de ponerse en práctica. Mientras escribo esto, a mis espaldas está mi hija tomando clase a través de Zoom, (por cierto, vaya forma de aprovechar la pandemia para posicionar su marca). La maestra que le está dando clase a distancia, puso un pizarrón en su casa. Sí, leyeron bien, un pizarrón. Ella está de pie, se aleja del micrófono de su computadora y trata de sentirse en un salón de clases. Su maestra de inglés en cambio, Miss Adri, por su parte, aprovecha las herramientas de la plataforma y utiliza la pizarra electrónica y el “compartir pantalla” para mostrar de una forma más ilustrativa los ejemplos a sus alumnos.
Quienes estamos inmersos en el apasionante mundo de la capacitación, sabemos que una sesión de Zoom, Webex Training, GoTo Training o Skype, jamás va a poder suplir la calidez de un saludo, una sonrisa, el aroma a café previo al inicio de un curso, el compartir historias, el hacer ejercicios teóricos, prácticos, lúdicos o la escenificación de un “role play”. Pero también es una realidad que en este agente de cambio, te adaptas o te adaptas.
Recién iniciada la contingencia y etapa de confinamiento, junto con el equipo de entrenadores Viventia, lo primero que hicimos fue tener una sesión de Skype para ver las posibles soluciones al problema. Compramos la licencia de Zoom, hicimos un “Train the Trainers” interno hasta tener un total dominio de la herramienta. Uno de nuestros clientes nos certificó en el uso de Webex Training durante una semana con sesiones de 90 minutos todas las mañanas.
¿Qué estamos haciendo hoy? Estamos en este proceso de adaptación. Por mi parte decidí poner mi despertador a las 07:00 am, salir a correr de 3 a 5 KM, desayunar con la familia, preparar las sesiones de Zoom del colegio de mis hijos, pedirle a todos los santos que no colapse la internet, prepararme un café cargado, usar bermudas y una camisa de vestir, poner música y en punto de las 09:00 am dar lo mejor de mi para hacer vivir a mis participantes a distancia una experiencia de entrenamiento dinámica… ¡Sí, ya estamos capacitando a distancia y vaya reto!
Quizás 90 minutos suenen poco comparado con un curso presencial de ocho horas, pero créanme; el dinamismo, la tonalidad de la voz, la expresión facial y por supuesto el dominio de la herramienta son vitales.
Estoy seguro que en un futuro esto nos dejará un gran aprendizaje. Como empresa dedicada a la formación del talento humano, saldremos fortalecidos y seremos una empresa que combinará el entrenamiento a distancia con el presencial, mejor conocido como “Blended Learning”.
Y ustedes que amablemente me leen, ¿cómo van en este proceso de cambio?
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